La cadena de suministro textil es una de las más largas, complicadas y opacas del mundo. En SKFK, siempre hemos tratado de entender las historias que hay detrás de nuestra ropa y eso nos llevó a recorrer nuestra cadena de suministro hasta el principio de todo, los campos de algodón. Más allá de certificaciones y etiquetas, viajar, verlo nosotros mismos y entablar relaciones personales con las personas implicadas en todos los pasos ha sido muy significativo. Te invitamos a que comprendas el enorme valor que entraña la confección de una prenda.
1 – PLANTACIÓN Y CULTIVO
¿Sabías que solo el 1% del algodón que se cultiva en el mundo es orgánico? Los cultivos de algodón, que dependen en gran medida de fertilizantes y pesticidas artificiales, son devastadores para los suelos, la biodiversidad y la salud de los agricultores.
LA IDEA QUE SUBYACE AL CULTIVO DE ALGODÓN ORGÁNICO ES REGENERAR EL SISTEMA VIVO QUE ES EL SUELO, SIN UTILIZAR PRODUCTOS QUÍMICOS NI SEMILLAS MODIFICADAS GENÉTICAMENTE.
Los herbicidas químicos (aerosoles que destruyen las malas hierbas) y los pesticidas (que destruyen los insectos) se sustituyen por prácticas ancestrales de regeneración, compostaje y rotación de cultivos. En nuestra cooperativa agrícola Chetna, se suelen intercalar dos hileras de judías entre cuatro hileras de algodón orgánico, lo que diversifica los ingresos y aumenta la resistencia alimentaria de los agricultores, al tiempo que atrae insectos buenos para los cultivos.
¿Sabías que la cosecha de algodón está llena de semillas ocultas en las fibras? Son muy útiles para aceites de cocina, jabones o incluso velas, pero es necesario eliminarlas para obtener fibras limpias. Las máquinas "desmotadoras" empujan el algodón a través de una rejilla estrecha para impedir el paso de las semillas. Unos cepillos giratorios tiran del algodón y lo comprimen en grandes balas.
3 – HILADO DE ALGODÓN
Donde se produce la magia. Las fibras se convierten en hilos, largas hebras continuas de algodón, con un poco de ayuda de la maquinaria.
Para abreviar, las balas de algodón se depositan en el suelo y se limpian para eliminar restos de suciedad, hojas y semillas. A continuación, la fibra se introduce en una máquina cardadora que separa los hilos y los enrolla en una sola cuerda continua y suelta. Por último, esta cuerda se hace cada vez más fina, hasta que adquiere la resistencia suficiente para la máquina de hilar. Las máquinas de hilar a anillos hilan las fibras para crear largas hebras de hilo. Hay que tener en cuenta que este paso implica un importante consumo de energía.
4 – PUNTO O TEJIDO
¿Puedes diferenciar una tela tejida de una de punto? El tejido de punto está formado por un solo hilo, mientras que el tejido calado está formado por varios hilos entrecruzados.
PUEDE PARECERTE UNA DIFERENCIA INSIGNIFICANTE, PERO SE TRATA DE MAQUINARIA Y FÁBRICAS TOTALMENTE DISTINTAS. LA CADENA DE SUMINISTRO Y LAS PERSONAS IMPLICADAS SON TOTALMENTE DISTINTAS.
El punto consiste en entrelazar los hilos para formar tejidos como los jerséis de algodón elástico (todas nuestras camisetas o algunos vestidos).
Los tejidos no se estiran tanto, pero son más resistentes al paso del tiempo: los utilizamos para vaqueros, camisas, chaquetas, etc.
Tejer y hacer punto también consume cantidades considerables de energía.
¡Colores, colores! Las etapas de acabado, desde el cepillado para una mayor suavidad hasta el teñido de colores vibrantes, deben controlarse de cerca, ya que implican muchos productos químicos, baños de tinte, sal y una gran cantidad de energía. Para fabricar productos realmente de bajo impacto, no solo hay que evitar el uso de productos químicos nocivos en la fase agrícola, sino también aquí.
¿QUÉ TINTES UTILIZAMOS?
Mucha gente nos hace esta pregunta. Es cierto que el proceso estándar de teñido puede incluir productos químicos nocivos como el formaldehído, que no sólo es un riesgo para el medio ambiente y los trabajadores, sino también para las consumidoras.
NUESTRA PRIORIDAD ES UTILIZAR TINTES DURADEROS. ¿POR QUÉ?
Porque se tira demasiada ropa que destiñe. Seguimos probando tintes naturales, que proceden de fuentes naturales como frutas y verduras como la remolacha y la cúrcuma. Sin embargo, por fantástico que suene para el medio ambiente, los tintes naturales tienen peor resistencia a la luz y al lavado y se destiñen con el tiempo. Por eso utilizamos en su lugar tintes reactivos de bajo impacto, que no están compuestos de sustancias químicas nocivas. Nos aseguramos de que nuestros tintes sean inocuos para la piel y el medio ambiente sometiéndolos a pruebas cada temporada.
Esta es la parte más visible de la fabricación de una prenda. Curiosamente, es el paso que otorga legalmente a una prenda su etiqueta de "país de origen". Sin embargo, existe el riesgo de confiar en las etiquetas "made in" para determinar cómo se ha fabricado una prenda aunque solo reflejen el último paso de una cadena compleja y puedan inducir a error.
Para nosotras, lo más importante es coser nuestras prendas lo más cerca posible de cada materia prima. ¿Por qué? Para tener en cuenta el origen de cada materia prima, con el fin de reducir el transporte global que tanto contamina, y obtener una transparencia total sobre el origen de las mismas. Esto nos lleva a confeccionar en India (cerca del 60% de nuestra producción - correspondiente a prendas de algodón), en China (cerca del 15% de nuestra producción - para piezas técnicas y chaquetas recicladas), en España y Portugal (cerca del 15% - para piezas de lino europeo y piezas recicladas post-consumo) y en Turquía (10% - fibras celulósicas de bajo impacto de Lenzing).
COMBINAR LA PRODUCCIÓN LOCAL Y MUNDIAL NOS PERMITE MANTENERNOS FIELES A NUESTRA MISIÓN DE HACER ASEQUIBLE LA MODA SOSTENIBLE.
Te invitamos a cuestionarte tu impacto a la hora de elegir una prenda. Porque al final, el valor emocional que esta prenda tendrá para ti está ligado a las historias de las personas y los materiales de los que nació.
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